jueves, 16 de enero de 2014

ORACIÓN JUEVES 16 DE ENERO

16 de enero. 
PARÁBOLAS DE JESÚS: EL SEMBRADOR. Reflexión cuarta.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Lectura del  Evangelio según san Mc 14, 1-20: Continuó Jesús diciéndoles: - De igual modo, lo sembrado en terreno pedregoso son los que, al oír la palabra, al punto la reciben con alegría, pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la palabra, sucumben en seguida”.
Jesús, que nos conoce porque entra en nosotros como una pequeña semilla, sabe cómo lo escuchamos y acogemos, por eso nos sigue explicando esta parábola. Hoy nos alerta ante dos cosas positivas y dos negativas:

Positivas:
  •         Nos dice que SÍ oímos la palabra y lo hacemos con alegría.
Negativas:
  •         Pero que somos poco profundos (no tenemos raíces) e inconstantes.
¿Por qué esta contradicción de sí y no? ¿Por la dureza de nuestro corazón que se parece un poco a una piedra en ocasiones? ¿Por qué no sabemos escuchar? Cuando tenemos el corazón duro es que no amamos lo suficiente, por eso nos ilusionamos de repente y luego nos olvidamos de todo, no somos constantes. Igualmente, si no sabemos escuchar con interés, atención y afecto lo que oímos pronto se nos olvida, no echa raíces dentro de nosotros y no puede crecer ni dar fruto.
¿Le damos importancia pues, a saber escuchar a los demás? ¿Nos cuesta? ¿Sabemos apreciar al que nos  escucha cuando le estamos hablando?
Y en nuestra oración con  DIOS ¿lo oímos? ¿Lo escuchamos? Dios nos habla de muchas maneras: a través de la bondad, la generosidad, la disponibilidad, a través de muchos buenos detalles de tantos  compañeros, profesores o familiares que nos rodean. O los hechos alegres, y también las pruebas, las dificultades que son como puentes de diálogo que Dios nos pone a nuestro alcance.
Oración: Señor, hoy vienes a la tierra de mi alma dispuesto a sembrar tu mensaje en ella. Ayúdame a escucharte, a aceptar tu Palabra, a configurar mi vida con ella. Concédeme ser una tierra buena que produzca fruto abundante para saber acoger y trasmitir tu gracia.