jueves, 14 de noviembre de 2013

ORACIÓN DE LA MAÑANA 14 DE NOVIEMBRE

LOS JORNALEROS DE LA VIÑA. Cuarta reflexión-oración.
 
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
 
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 20, 1-16: “Cuando llegó la noche, el dueño dijo al encargado del trabajo: -Llama a los trabajadores y págales empezando por los últimos y terminando por los primeros. Se presentaron, pues, los que habían entrado a trabajar alrededor de las cinco de la tarde, y cada uno recibió el salario completo de un día.  Cuando les tocó el turno a los que habían entrado primero, pensaron que recibirían más; pero cada uno de ellos recibió también el salario de un día”. 

¿QUÉ ES LO QUE MÁS QUIERE DESTACAR JESÚS EN ESTE MOMENTO DE LA NARRACIÓN DE LA PARÁBOLA? 

·         Que los últimos son los primeros en cobrar y lo mismo: una jornada completa.

·        Que los que realizaron la jornada completa pensaron  que cobrarían más que los que trabajaron menos, pero no, cobraron igual, lo acordado.

REFLEXIÓN. Jesús es consciente de que quizá ahora no vayamos a estar de acuerdo con él al transmitirnos estas dos formas de actuar su Padre Dios, el dueño de la viña: A) La de ser generoso y misericordioso con los que trabajaron poco por llegar los últimos, y B) La de ser justo con los que trabajaron la jornada completa. Pero él sabe que algún día se lo agradeceremos porque ¿quién está seguro de que está trabajando en el Reino de Dios desde la primera hora o la segunda o la tercera…y no en la última? ¿No somos más bien un poco perezosos y holgazanes para aceptar el Reino de Dios y trabajar en su viña?  (Breve pausa y comentario si se desea).
 
Oración. Señor, te damos gracias por ser como eres, porque nosotros viviremos en este mundo cincuenta, ochenta ó cien años…trabajando en tu viña, pero tú nos darás, generosísimamente, toda una eternidad sin fin: de paga, de felicidad junto a ti y a los que hemos amado. Gracias por Jesús, tu Hijo,  que nos sigue enseñando cómo eres de generoso y misericordioso. Y porque nos descubre a la vez que nosotros no lo somos tanto. Sigue dándonos, Señor, un conocimiento de  lo que tú eres para que te amemos y confiemos plenamente en ti siempre. Amén.